lunes, 9 de febrero de 2009

¿POR QUÉ COLOMBIA SIN PENDEJOS?

¿POR QUÉ COLOMBIA SIN "PENDEJOS"?



Los colombianos somos grandes personas, amables, emprendedores y todo lo que quieran, pero tenemos un eterno problema, si, el mismo de siempre y es que "tragamos" entero cada cosa que nos dicen, somos "fieles creyentes" de los medios de comunicación nacionales; Grave equivocación.


Caracol y Rcn son los dos canales mas vistos por los colombianos, y me perdonarán aquellos televidentes fieles pero hay que reconocer que estos canales son evidentemente gobernalistas o uribistas por decirlo en un termino mas coloquial. No se cual este mas parcializado, de hecho eso no es lo que me preocupa, lo verdaderamente importante aquí es la actitud de los televidentes, la forma en que éstos manejan la información que se les da, la visión que tengan frente a los sucesos que se nos narran día a día, la capacidad de desarrollar una actitud critica frente a lo que ven y escuchan.


Vale la pena resaltar, sin embargo, que no solo se trata de los canales de televisión, también tenemos en la prensa un claro ejemplo de la influencia política que gravita sobre los medios de comunicación y por ende sobre la información que circula en nuestra comunidad, para entender esto solo tenemos que echar un vistazo a los dos periódicos mas vendidos del país: EL TIEMPO y EL ESPECTADOR, ambos sesgados por el gobierno, aunque debo reconocer que EL ESPECTADOR tiene para mi cierto toque interesante, en especial al leer columnistas como Alfredo Mólano o Hector Abad Faciolince.


¿Los culpables de nuestra desgracia des informacional son, entonces, los medios? claro que no, o no en sentido estricto porque los medios están influenciados por el estado y muchas veces los periodistas escriben bajo las políticas de empresas ligadas al gobierno. Digamos que la libertad de expresión es un derecho para pocos en nuestro país o si no que se lo pregunten al director de EL ESPECTADOR, a Fidel Cano quien conoce a plenitud la historia de un periódico censurado por la iglesia y la política, y además víctima de atentados terroristas que buscaron callar las voces de un periódico independiente como lo fue EL ESPECTADOR en sus mejores años, de lo que aun hoy quedan algunas secuelas.


De todo lo anteriormente mencionado nació la necesidad de abrir un espacio, un espacio donde se hable claro, sin rodeos ni tapujos. Una necesidad que se traduce en deseo de ver a Colombia progresar en todos los aspectos, con colombianos mas críticos, mas conscientes de la realidad de su patria y menos "pendejos".